lunes, 20 de octubre de 2014

Claves Prácticas para trabajar con La Sombra, 1ª Parte



Cómo integrar aquello que rechazamos de nosotros mismos


¡Oh hombre, conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los Dioses! Esta frase milenaria, esculpida en el frontispicio del templo de Delos, en Grecia, expresa la esencia común a los diferentes caminos para el Desarrollo Personal. En nosotros están todas la claves para desentrañar el supremo misterio de la Vida y del Universo: Cuál es el sentido de la Vida, para qué estamos aquí, y dónde radica la fuente de nuestro propio Poder.




Sin embargo, en este punto de nuestro camino surge ante nosotros un obstáculo aparentemente insuperable... ¿Cómo vamos a conocernos realmente si hemos rechazado la mayor parte de nuestro Ser, desterrándolo a la Oscuridad de la Inconsciencia?
Porque, sin ninguna duda somos mucho más de lo mostramos a simple vista... La mayor parte de nuestro Ser vive y actúa a nuestras espaldas, como un Yo disociado y separado de nuestro vivir cotidiano. 




Juzgado y condenado por el tribunal de honor de la sociedad, por el delito de ser moralmente incorrecto y socialmente peligroso, nosotros mismos, siendo aún niños, ejecutamos la sentencia, apartando lejos de nuestra vida consciente a este conjunto de formas de Ser, de Dones y de Valores, los cuales, recluidos en las más profundas y escondidas estancias de nuestra Psique, se han convertido en La Sombra de nuestra Personalidad Consciente.

Siguiendo este link puedes saber más sobre La Sombra y el proceso de su nacimiento y consolidación en nuestra vida:

Recordando al gran psicólogo Carl Gustav Jung, quien acuñó el término de La Sombra para poder presentarla al mundo como un metáfora clara y contundente, ésta la forman:

"Los rasgos del ser humano en parte reprimidos, en parte no vividos del todo que desde el principio fueron en gran parte excluidos por motivos morales, sociales, educativos o de otro tipo y por eso cayeron en la represión, es decir, en la disociación.”




Desgraciadamente, una gran parte de La Sombra la conforman nuestros mejores Dones, nuestros grandes talentos, así como rasgos imprescindibles para vivir una vida en armonía con nosotros mismos y con el entornos que nos rodea, como por ejemplo la Ira (en su expresión positiva, utilizada para marcar límites sanos para nuestra propia seguridad), la Sensibilidad (por ejemplo para el trato con las personas, o también para el Arte o la Música), la Empatía, la capacidad para mostrar nuestra propia vulnerabilidad, etc.
De este modo, muchos hombres esconden su capacidad para Amar por temor a ser reprobados como seres vulnerables y frágiles, con los que no se pueda contar en momentos de peligro (¿?); y muchas mujeres rechazan su propio Poder para afirmarse por sí mismas en el mundo, protegiéndose a ellas y a los suyos ante los abusos de otros, para no ser rechazadas por su familia y por una sociedad que considera -aún hoy en día, aunque afortunadamente cada vez con menos vehemencia- que las mujeres han de ser vulnerables, acomodaticias, y depender de los hombres que están llamados a protegerlas (¡!).
Uno de los hombres en mostrar con gran claridad y acierto esta realidad a los ojos del gran público fue el psicoanalista italiano Roberto Assagioli, amigo de Carl Jung, y al igual que éste, discípulo de Sigmund Freud.
Para ello utilizó la imagen de un huevo, que ha pasado a la Historia como el Huevo de Assagioli, un símbolo que ilustra a la perfección el mapa de nuestra Psique



 
En el centro del Huevo, en color blanco, vemos el núcleo de nuestra Psique, que es nuestro Yo Consciente; rodeado de un cinturón verde, que simboliza el área hasta donde -en circunstancias ordinarias- podemos extender nuestra Consciencia.
Primero en un amarillo anaranjado, oscureciendo rápidamente a un rojo intenso, se sitúa en área inferior o Subconsciente, en donde tienen cabida las energías más densas, como el Miedo, la Rabia, el Dolor... Y todos las emociones basadas en el sufrimiento no consciente basados en ellas; con demasiada frecuencia La Sombra es presentada únicamente como esta zona oscura y sufriente de la Psique, sin embargo, y como vamos a ver a continuación, en realidad es mucho más que eso.
Finalmente, en un bello color azulado que pronto cambia a violeta -un color que simboliza la purificación- encontramos lo que Assagioli consideraba el cofre de todos nuestros Tesoros Interiores: El Superconsciente, en ocasiones llamado Supraconsciente; es decir, el conjunto de todo aquello que está por descubrir y traer a la Luz de la Consciencia como un Poder Puro capaz de obrar el Bien desde el primer momento.
¡Y es precisamente hasta allí donde llega un potente rayo de Luz procediente del Yo Consciente! Lo cual significa que desde nuestra limitada Consciencia de cada día podemos llegar a conquistar la cumbre de la Excelencia, o dicho en otras palabras, manifestar nuestra Mejor Versión. 



Imagina que comparamos el Huevo de Assagioli -y con ello nuestra Psique- con una casa, siendo las diferentes plantas de ésta cada una de las regiones de la Psique descritas por Assagioli.
Así, el sótano, lugar oscuro, sucio y habitualmente poco visitado, sería el Subconsciente donde sobreviven todos nuestros fantasmas, o lo que algunos autores llaman La Sombra Oscura, es decir, la parte más siniestra y peligrosa de nosotros. 

 


A continuación encontraríamos la planta principal, donde hacemos la mayor parte de nuestra vida cotidiana, representando al Yo Consciente.




Y por último llegaríamos al desván, un lugar también desordenado, aunque más luminoso y más limpio que el sótano, en donde aguardan olvidados y cubiertos de polvo, nuestros más luminosos y poderosos Dones, lo que convierte en nuestra Sombra Luminosa.  




La Sombra, como Arquetipo de Lo Inconsciente, representa tanto nuestro Dolor más profundo -aquel que aún no nos hemos atrevido a enfrentar- como el todavía desconocido Don que nos hace únicos e irrepetibles.
En el descubrimiento de nuestra Sombra nos descubrimos a nosotros mismos, en toda nuestra amplitud y profundidad, porque nuestro Don Único siempre va unido a nuestra Herida., pues no pueden existir el uno sin la otra, y es uno de los desafíos del Héroe aprender a caminar con ambos de la mano.




Por este motivo me gusta explicar el Camino del Héroe con esta metáfora:

"Entrar en una oscura mina de carbón y salir por el otro lado con las manos repletas de diamantes.”




A buen entendedor, pocas palabras le bastan, ¿no crees?

¡Ahora voy a compartir contigo la primera de las Tres Claves Prácticas para trabajar con La Sombra! Y lo voy a hacer de la mano de una de las enseñanzas de Carl G. Jung.

1ª Clave: Quien mira hacia afuera sueña, quien mira hacia adentro despierta. ¡Atrévete a mirar dentro de ti mism@! ¿Cuáles son tus Heridas más profundas? ¿Cómo puedes darles un sentido en positivo? ¿Que capacidad innata están ocultando?  




¿Sientes que hay algo... un miedo, una rabia, un dolor, que no sabes definir, pero que está ahí, cerca de ti, intimidándote o coartando tu libertad con su presencia? ¿Cómo podrías saber más sobre él?
Conviértete en un Observador de tu propia vida; observa cómo actúas en ella: ¿Sientes que te comportas de forma veraz y que obras desde la Autenticidad, o por el contrario, te impulsan tus Miedos, tu Rabia o tu Dolor..?




Cada día al despertar, ¿recuerdas los sueños que has tenido? ¿Son agradables o desagradables? ¿Se repite un motivo o argumento similar?
Habla con tu Niño o tu Niña Interior: ¿Es feliz o te mira con lágrimas en los ojos y/o rabia en su expresión? ¿Se abre ante ti y te recibe con los brazos abiertos o huye ante tu presencia? 




¿Qué sentimientos te invaden cuando pronuncias u oyes que pronuncian tu nombre? ¿Orgullo y satisfacción? ¿Sentimiento de Realización? ¿O vergüenza, decepción y culpa? En este último caso, ¿Cuál crees que son los motivos para sentirte así?
Esta serie de preguntas que te he presentado buscan ayudarte a conocerte mejor a ti mism@. Pueden resultarte incómodas o dolorosas, pero es necesario que te las formules -y respondas- si realmente deseas comenzar a conocer a ese otro Yo que mantienes oculto y lejos de ti y de las personas que te rodean.
Esto es poner Luz en la Oscuridad, pues como enseñaba Carl Jung:



 
A continuación, te hago una última pregunta, no menos importante que las anteriores: ¿Eres capaz de reirte con ganas de ti mism@? ¿Disfrutas con ello? ¿Lo haces con frecuencia?




Bueno, en realidad han sido tres preguntas, pero su respuesta te dará una clave muy importante respecto a la relación con tu propia Sombra, porque como enseñó el mismo Jung, se sabe cuando una persona tiene una Sombra poderosa porque tiene poco -o ningún- sentido del humor... ¡Terrible! ¿No te parece?

¡Muy bien! Por ahora llegamos hasta aquí. En la 2ª Parte te compartiré una Clave Práctica, muy útil para nuestra vida cotidiana y en nuestras relaciones con los demás.
¡Hasta la semana que viene!



3 comentarios:

  1. Magnifico.Yo hace poco descubri esto de la sombra. Es de gran ayuda lo que haces.

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  2. Me parese tan hermoso amar a mi sombra, siempre luchaba contra de ella, era una riña constante que me tenía devastada, ahora se que es mi fortaleza, que soy uno con ella y con el universo. Gracias.

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