miércoles, 12 de febrero de 2014

Ser Héroes por Amor


¿Cuál es la fuerza que impulsa al Héroe a emprender su Camino?
¿Qué le sostiene en el tránsito de la Noche Oscura del alma?
¿Qué le hace invencible ante sus adversarios en el Camino?
¿Qué le inspira para regresar al Mundo a compartir su Don?
Todas estas preguntas, y muchas otras, tienen una sola respuesta: ¡El Amor!


Porque solamente el Amor, en sus múltiples formas de manifestarse, da sentido y propósito a nuestra vida; y nuestro verdadero Poder como Guerreros de Luz proviene del Amor, pues éste es la fuerza más poderosa del Universo, le da Vida y lo mantiene unido.
Los Héroes y Heroínas parten en busca del Amor con mayúsculas, aquel que se manifiesta en todas las facetas de la Vida... Es del Amor de donde surge la confianza en uno mismo, indispensable para superar las pruebas del Camino, y es en su sede, en el Corazón, en donde surge el verdadero Coraje.
Por Amor a nosotros mismos somos nuestra Mejor Versión, y por Amor conquistamos nuestro Don y regresamos al Mundo, para compartirlo con todos aquellos que desean amarse a sí mismos y juntos construir un mundo mejor, realmente humano.
Por Amor convertimos a nuestros enemigos en adversarios, y con ello en Maestros en el Camino.
Y por eso, la ausencia de Amor se manifiesta como el más poderoso y temible de los Adversarios en nuestro Camino como Héroes: ¡El Miedo!


Ahora comparto con vosotros este bello poema de Charles Chaplin, el entrañable Charlot de las viejas películas del cine mudo, porque el Amor no necesita palabras para expresarse...



Cuando me Amé de Verdad

Cuando me amé de verdad comprendí que en cualquier
circunstancia, yo estaba en el lugar correcto, en la hora
correcta y en el momento exacto y entonces, pude relajarme.
Hoy sé que eso tiene un nombre… ¡Autoestima!

Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y
mi sufrimiento emocional, no es sino una señal de que voy
contra mis propias verdades.
Hoy sé que eso es… ¡Autenticidad!

Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera
diferente y comencé a ver todo lo que acontece y que contribuye a
mi crecimiento.
Hoy eso se llama… ¡Madurez!

Cuando me amé de verdad, comencé a percibir como es
ofensivo tratar de forzar alguna situación, o persona, solo
para realizar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el
momento o la persona no está preparada, inclusive yo mismo.
Hoy sé que el nombre de eso es… ¡Respeto!

Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que
no fuese saludable…, personas, situaciones, todo y cualquier cosa
que me empujara hacia abajo. De inicio mi razón llamó esa actitud
egoísmo.
Hoy se llama… ¡Amor Propio!

Cuando me amé de verdad, dejé de temer al tiempo libre y desistí
de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro.
Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero
y a mi propio ritmo.
Hoy sé que eso es…¡Simplicidad!

Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y
con eso, erré menos veces.
Hoy descubrí que eso es la… ¡Humildad!

Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y
preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es
donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez.
Y eso se llama… ¡Plenitud!

Cuando me amé de verdad, percibí que mi mente puede atormentarme y
decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, ella
tiene una gran y valiosa aliada.
Todo eso es… ¡Saber Vivir!

No debemos tener miedo de confrontarnos…
…hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas. ”

Charles Chaplin






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