Todos
somos Heráclidas
En la serie de los 12 Trabajos de
Heracles que he compartido contigo en este blog en los últimos meses
te he mostrado la figura de Heracles, “Preciosa Gloria de Hera”,
quien simboliza en primer lugar a la Psique humana trascendiéndose a
sí misma, y en segundo a un ser humano, hijo del dios Zeus y de la
mujer mortal Alcmena, llevando a cabo 12 misiones o Trabajos, a
través de los cuales se enfrenta a todas sus debilidades y
limitaciones como ser humano, para superarlas y despertar al dios que
late en él.
Heracles, el más famoso de los
héroes de la Mitología Clásica, más conocido por el nombre latino
de Hércules, que le dieron los antiguos romanos al adoptar la
religión griega, representa el anhelo, el esfuerzo y la
determinación de cada ser humano decidido a superarse a sí mismo y
a alcanzar la cima de su propia excelencia, tanto en lo personal,
como en lo profesional y en lo espiritual.
A lo largo de su azarosa vida,
Heracles tuvo hijos con diversas mujeres, y a los primeros que
nacieron los mató en un ataque de ira que anuló por completo su
discernimiento, cuando su nombre era Alcides y no había escuchado la
llamada a convertirse en el héroe de su propia vida y de las vidas
del resto de la Humanidad por los milenios venideros.
A aquellos que tuvo una vez
concluidos sus Trabajos, se les conoce como Heráclidas, y fueron
innumerables... Por ejemplo, los 300 espartanos que lucharon en el
paso de las Termópilas se consideraban a sí mismos hijos de
Heracles, o sea, Heráclidas, y siglos después los portadores del
Águila de cada Legión romana vistieron sobre su casco y hombros la
piel de León de Nemea que el mismo Heracles tomó como trofeo tras
matar a la feroz criatura.
¡Vamos a ir hasta el final! Porque
más allá de las leyendas y tradiciones, el concepto de Heráclida
tiene un significado mucho más profundo y duradero... Como cita
Alice A. Bailey, autora de una de los trabajos más profundos y
rigurosos sobre el mito de los 12 Trabajos:
"Heracles llevó a cabo sus Doce Trabajos no solo para sí mismo, sino también como ejemplo e inspiración para la Humanidad en su conjunto, porque todos estamos llamados a seguir sus pasos.”
Este es el sentido que los antiguos
griegos dieron al concepto, porque todos estamos llamados a
convertirnos en los héroes y heroínas de nuestra vida, y Heracles
es uno de los héroes cuyas hazañas han sido más claramente
interpretadas, especialmente en su clave psicológica, y por tanto
sus enseñanzas son más accesibles, prácticas, y aplicables a
nuestra vida, tal y como he mostrado en la serie de artículos de los
12 Trabajos de Heracles, cuyos links tienes a continuación:
Y ahora demos un paso
más en nuestro compromiso; el verdadero héroe no vive solamente
para sí mismo, sino también para los demás, para servir al mundo y
a la Humanidad, sacrificándose en caso necesario, tal y como han
hecho tantos héroes a lo largo de la historia.
Christopher Vogler,
autor del guión en el cual se han basan las adaptaciones del
Arquetipo del Héroe a la Literatura, el Cine y la TV, comparte con
nosotros en su libro El Viaje del Escritor su propia definición de
Héroe, basada también en la etimología del término. En sus
propias palabras:
"El Héroe es alguien capaz de sacrificar sus propias necesidades en beneficio de los demás, como un pastor que se sacrifica para proteger y servir a su rebaño. En consecuencia, el significado de la palabra héroe está directamente emparentado con la idea del sacrificio personal”.
Prometeo nos lo demostró al
sacrificarse por todos nosotros, entregándonos el Fuego de la
Consciencia, para a continuación, y como consecuencia de su
desobediencia a Zeus, ser encadenado a la roca del Tártaro y
torturado por un águila hasta el fin de los tiempos... Porque Zeus
jamás accedió a perdonarle ni permitió la liberación de su
castigo.
Hubo de ser Heracles durante la
realización de su Decimoprimer Trabajo, quien llegando al Tártaro,
tomó su arco y flechas y acabo con la vida del águila que
implacablemente había atormentado al Titán.
Muerta el águila, Heracles procedió
a romper las cadenas que aprisionaban a Prometeo, para devolverle la
libertad, que jamás habría de volver a perder.
¿Cuál es la clave psicológica de
este acontecimiento mítico, y que inevitablemente nos compromete a
todos nosotros? Es muy sencillo, y no admite otra interpretación:
Heracles nos representa a todos y a cada uno de nosotros, tanto a
quienes estamos en el camino del despertar, sea cual sea la forma y
características del sendero elegido, como a quienes aun no han
despertado, y que lo harán cuando escuchen su propia llamada.
Al
contrario del planteamiento ofrecido desde las religiones hebrea,
cristiana y musulmana -al menos en sus vertientes exotéricas- y
desde el pensamiento de la New Age, nadie va a venir a salvarnos.
El ser humano está llamado a
salvarse a sí mismo, con la ayuda exterior que sea necesaria, pero
desde su propia voluntad y determinación.
Como Humanidad ya no somos niños
dependientes de un dios padre o una diosa madre; en el peor de los
casos somos adolescentes que están a punto de entrar en la edad
adulta, y como tales, ha llegado al momento de comportarnos como
tales, haciéndonos responsables de nuestro propio destino,
aprendiendo de nuestros errores y corrigiéndolos.
La Divinidad, cualquiera que sea la
forma en la concibamos, está esperando que demos ese paso, y esta es
precisamente la actitud que distingue a la víctima del héroe:
Hacerse responsable de su propia vida y reclamar su poder, dejando de
culpar a otros, dioses o humanos, circunstancias o acontecimientos,
de sus desgracias.
Como
enseña el Curso de Milagros: “Recuerda quien eres y
reclama tu herencia.”
Llegados a este punto, no queda
lugar para figuras salvadoras que hagan el trabajo que realmente nos
corresponde a nosotros, sean éstas dioses, maestros, gurús,
políticos u cualesquiera otras persona o seres venidos de otro
planeta.
Nuestra vida, y el conjunto
resultante de la interrelación entre todas ellas, es decir, la
sociedad que hemos construido y el mundo que la alberga, son nuestra
exclusiva responsabilidad.
Joseph Campbell, gran experto y
divulgador del Arquetipo del Camino del Héroe lo expresó claramente
con estas palabras:
"Si hablamos de arreglar los problemas del mundo estamos descortezando el árbol equivocado. Nuestro trabajo es enderezar nuestras propias vidas.”
Así pues, sigue la llamada a
convertirte en el héroe o la heroína de tu propia vida, rescata tu
autenticidad, y con ella tu legítimo poder, y hazte responsable de
encaminar tu propia vida hacia la excelencia y la plenitud, para que
entre todos liberemos a Prometeo.
Manuel Marques Robles
Mentor y Coach en el Camino del
Héroe
Tienes toda la razón, intentar ser nosotros el héroe de nuestro trabajo, día a día y vernos especiales te ayuda a tener una mejor motivación para conseguir todo lo que nos propongamos, muy interesante el punto de vista Manuel
ResponderEliminarAsí es, el heroísmo consiste en atreverse a ser mejor cada día, y a desafiar todos los límites que nos han impuesto, o que nosotros mismos nos hemos impuesto, porque no conocemos el alcance de todo nuestro potencial, y siempre hemos de aspirar a lo mejor.
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