Iluminan
el Camino de la Humanidad
¡Bienvenido a esta 2ª parte del
trabajo sobre los Héroes Solares! A diferencia de los héroes de la
vida cotidiana -como podemos llegar a ser las personas como tú y yo-
quienes son considerados Héroes Oscuros o Trágicos, porque
comienzan su camino a raíz de una crisis o tragedia personal que les
marca de por vida, los Héroes Solares nacen predestinados a serlo,
en unas circunstancias extraordinarios que se repiten en las vidas de
todos y cada uno de ellos.
Podemos afirmar que el Héroe Solar
nace y vive peligrosamente, es decir, que al mismo tiempo que
viene al mundo dotado de un poder especial para llevar a cabo su
misión, contando para ello con aliados extraordinarios, fuerzas
igualmente extraordinarias y poderosas, pero de signo negativo, o
sea, servidoras del Mal, se conjuran ante la llegada del Héroe
-muchas veces anunciada con antelación- para impedir su nacimiento o
acabar con su vida y prometedoras hazañas cuando es aún es
demasiado joven e inexperto como para convertirse en un adversario
poderoso y difícil de derrotar.
Efectivamente, el Héroe Solar es
humano pero a la vez tiene mucho de divino, como los antiguos Héroes
Mitológicos, que eran considerados semidioses, con poderes propios
de los dioses en un cuerpo mortal, como correspondía a la mitad
netamente humana de su naturaleza.
Es habitual que para escapar de las
fuerzas del mal que decididas a aniquilar al prometedor héroe, que
es aún un niño o un recién nacido, éste haya de ser escondido y
enviado lejos de sus padres y su morada de familiar, ocultando
también su identidad para proteger su propia vida.
Así, por ejemplo, Moisés es
depositado en una cesta y enviado lejos de los sicarios del faraón;
Jesucristo es igualmente ocultado para impedir que se cumpla en él
el decreto de asesinato del rey Herodes, vasallo del Imperio Romano;
Rómulo y Remo son también escondidos de sus enemigos y criados por
una loba en la colina donde más tarde se levantará el Capitolio de
Roma; y ya en nuestra época contemporánea, en clave de ficción
pero basándose en el Arquetipo del Héroe Solar, Kal-El/Superman es
enviado a la Tierra en una capsula espacial, lejos de su moribundo
planeta Kripton, y de los feroces enemigos de sus padres, que también
son los suyos.
En todos los casos, como corresponde
a la acción de un Arquetipo, el niño-héroe es recibido en una
familia humilde como uno más, privado de su aureola de Gran Héroe,
pero seguro y protegido de sus enemigos, que al fin, y al menos por
un tiempo, pierden su pista.
Y durante su infancia y primera
juventud vive el Héroe como un ser humano más, ajeno a su
naturaleza ciertamente sobrehumana y aprendiendo -y empatizando- con
aquellos a los cuales un día habrá de servir, ofrendando incluso su
vida.
Al llegar a la juventud madura, o
sea, al final de su adolescencia, irá tomando conciencia por si
mismo o por acontecimientos que sucedan de manera causal -porque la
casualidad no existe- de su naturaleza mitad humana y mitad divina, y
con ello de su misión en la vida. ¡Es el momento de las primeras
pruebas y de descubrir su propio Poder y la responsabilidad que
conlleva!
Heracles es el Héroe
Mitológico por excelencia, y también el modelo más cercano a
nosotros.
Al comienzo de sus Doce
Trabajos, se reunió con su Maestro Euristeo quien instruyó a su
discípulo sobre el largo y peligroso viaje que estaba a punto de
emprender; entonces...
“El
Maestro llamó. Los dioses respondieron. Vinieron y dieron sus dones
a Hércules y muchas palabras de sabio consejo, conociendo las faenas
que tenía por delante y los peligros del Camino.
Minerva
le entregó una túnica, tejida por ella misma, una túnica que se
ajustaba bien, de 10 rara y fina belleza. Él se la puso con triunfo
y orgullo, regocijándose en su juventud. Tenía que probarse a sí
mismo.
Vulcano
forjó para Hércules un pectoral de oro para proteger su corazón,
la fuente de vida y fuerza. Este obsequio de oro era ceñido, y, así
escudado, el nuevo discípulo se sentía seguro. Él tenía todavía
que demostrar su fuerza.
Neptuno
llegó con un par de caballos y se los entregó, atraillados, a
Hércules. Ellos venían directamente del lugar de las aguas, de rara
belleza y probada fuerza. Y Hércules se alegró, pues él todavía
tenía que probar su poder para conducir a los dos caballos.
Con
lenguaje agraciado y brillante ingenio llegó Mercurio, llevando una
espada de raro diseño, que ofreció, en un estuche de plata, a
Hércules. La ató en el muslo de Hércules, pidiéndole que la
mantuviera afilada y brillante.
Debe
dividir y cortar, dijo Mercurio, -y debe moverse con precisión y
adquirida destreza. Y Hércules, con alegres palabras dio las
gracias. Tenía todavía que demostrar su alardeada destreza.
Con
sonido de trompeta y el ímpetu de la marcha brillaba el carro del
Dios Sol. Apolo llegó y con su luz y encanto alegró a Hércules,
dándole un arco, un arco de luz. A través de nueve anchos Portales
abiertos debe pasar el discípulo antes que haya adquirido suficiente
destreza para estirar ese arco. Le tomó todo ese tiempo para
acreditarse como el arquero.
Sin
embargo, cuando el Don fue ofrecido, Hércules lo tomó, seguro de su
poder, un poder todavía sin demostrar.”
Es en esta etapa cuando ha de hacer
frente a su gran prueba: Enfrentarse a sí mismo, a sus propios
miedos, a las tentaciones, a su propia Sombra...
Observamos estas pruebas en los 40
días durante los cuales Jesucristo se retiró al desierto, siendo
tentado por el Satanás, quien representa a su propia Sombra y a la
Sombra Colectiva de la Humanidad:
“Otra
vez el diablo le llevó a un monte muy alto, y le mostró todos los
reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo:
Todo
esto te daré, si postrándote me adoras. Entonces Jesús le dijo:
¡Vete, Satanás! Porque escrito está:
Al
Señor tu Dios adorarás, y solo a él servirás.”
La Biblia, Nuevo Testamento, Mateo
4.9
También Sidharta Gautama, ahora El
Buda, quien había alcanzado la iluminación y recordado sus vidas
anteriores y el propósito de su última vida en la Tierra, fue
atacado y luego tentado durante tres días por el feroz dios Mará,
Señor del Mal, y sus huestes infernales:
“Mientras
estaba sentado en meditación profunda bajo un árbol Bodhi, el sabio
fue visto por Mará, que intentó distraerlo de su propósito
enviándole dos hijas ligeramente vestidas, para que se exhibieran en
su presencia, pero el Príncipe permaneció inalterado.
Luego,
Mará envió un ejército de demonios espantosos para asustarlo, pero
al asceta no les hizo ni caso. Por último, Mará lo provocó
preguntándole con qué derecho pretendía convertirse en Buda (Ser
Iluminado).
Entonces
apareció el Ser Sagrado y, señalando hacia la tierra, indicó los
numerosos actos buenos que había realizado en esta vida y en las
anteriores, suficientes para convertirse en Buda.
En
ese momento, la tierra tembló, los cielos se abrieron y hubo un gran
diluvio que ahogó a Mará y sus malignos seguidores. El sabio pudo
alcanzar la iluminación final y formular su doctrina, la esencia del
budismo.”
Finalmente, el Héroe (Solar) asume
su naturaleza de Ser Humano a la vez que Ser de Luz Consciente, y
emprende su propio Camino Heroico consagrando su vida al cumplimiento
de su Misión, y ofrendando en sacrificio cuando es necesario para el
éxito de sus trabajos, su propia vida, como le sucede a Jesucristo,
a Sidharta Gautama Buda, y al Rey Arturo Pendragón entre otros, si
bien también hay ejemplos de Héroes Solares que escapan a este
mandato del destino.
El propio Buda sigue trabajando por
el mundo, pues según la leyenda, que como hemos visto recoge en sí
misma la verdad sobre auténticos acontecimientos, a su muerte
declinó abrir la puerta que conduce al Nirvana, es decir, al Paraíso
según el Budismo, diciendo estas palabras:
“Cuando
vea pasar ante mi al último de los hombres, entonces yo cruzaré el
umbral hacia la Gracia Infinita.”
Y ejerciendo el más supremo de los
Sacrificios, se convirtió en Nirmanakaya, o Protector de la
Humanidad.
Y así llegamos al mundo de hoy,
profano y descreído, aunque renaciendo a una nueva visión sagrada
del Universo.
Entre nosotros no existen Héroes
Solares, al menos reconocidos públicamente como tales, pero si una
numerosa legión de Superhéroes, quienes si bien son personajes de
ficción, si representan, basándose en el Arquetipo del Héroe
Solar, a los Heracles-Hércules, los Eneas, y los Jesucristos de hoy
en día, pues Superman ha sido considerado por numerosos expertos en
Mitología y Antropología como el Jesucristo del mundo
contemporáneo.
Superman es el Héroe Solar
contemporáneo por excelencia, el gran defensor de la Humanidad -no
solamente de los Estados Unidos de América- y presenta todos los
atributos y cualidades propios de los semidioses clásicos, pero con
una apariencia moderna.
Batman, el Hombre-Murciélago, es
sin embargo, el mejor representante del Héroe Oscuro marcado por la
tragedia; no posee más superpoderes que su extraordinaria fortuna y
su inteligencia, y al igual que nosotros, héroes de la vida
cotidiana, ha emprendido su Camino marcado por una tragedia que le
determina a luchar para siempre contra las fuerzas del Mal, a las
cuales podemos considerar como aquellas que están empeñadas en
mantenernos en la oscuridad de la Inconscienca, del no saber quiénes
somos, cuál es nuestra verdadera naturaleza, cuáles son nuestros
poderes...
Y en este desconocimiento de
nosotros mismos vivimos cautivos de los intereses de quienes
gobiernan el mundo, de los Amos de la Caverna que ya describiera
Platón en su Mito de la Caverna.
Y de ambos Superhéroes, Superman y
Batman, trataremos en los próximos trabajos.
Mientras tanto, puedes saber más
sobre ellos leyendo estos artículos:
Si no has leído la 1ª parte de
este artículo, aquí puedes hacerlo:
Manuel
Marques Robles
Coach
para el Camino del Héroe
Extraordinario articulo! Me ha fascinado y por supuesto me tienta a conocer más sobre este blog y sus numerosas entradas, gracias por compartir sabiduría. Saludos!
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