El
Héroe Solar de nuestra época
A
diferencia de la mayoría de sus compañeros, Superman solo puede
intervenir directamente hasta un punto determinado en los asuntos de
la Humanidad; jamás puede implicarse personalmente,
es decir, poniendo sus propios sentimientos individuales por delante,
pues su rol es mostrar el camino a seguir, guiando e inspirando a los
seres humanos, pero no librando las batallas que solo a ellos les
corresponden, como tampoco pudieron hacer ni Heracles, ni Sidharta
Gautama el Buda, ni siquiera Jesucristo... Una nueva coincidencia en
la historia de sus vidas y hazañas.
Obedeciendo
las órdenes de su padre, Superman hace historia en su universo de
ficción, pero evita con sus acciones influir en el guión de la
historia de la Humanidad. Así le dice su preceptor:
“Pueden
ser un gran pueblo, Kal-El; desean serlo. Solamente necesitan de una
luz que les ilumine su camino. Por este motivo, y sobretodo por su
innata y grandiosa capacidad para el Bien, a ti, mi único hijo, he
enviado para vivir entre ellos.”
¡Vamos
aún más allá! Jor-El habla a su hijo con estas palabras: “El
Hijo se convierte en Padre, y el Padre en Hijo.”
Con estas mismas palabras se retrata el Misterio de la Santísima
Trinidad cristiana, por otra parte un modelo universal y atemporal,
lo Triple en Uno y el Uno en lo Triple, muy anterior al nacimiento de
Jesucristo.
Tras
acabar su etapa de estudiante en Smallville, una pequeña ciudad de
ficción localizada en algún lugar del medio oeste de Estados
Unidos, Clark Kent se dirige a Metrópolis, la gran urbe, y allí
comienza a ejercer su profesión de periodista en el periódico Daily
Planet.
Allí
conoce a su gran amor, a su compañera, la también periodista Lois
Lane, de un carácter más abierto y decidido que el tímido
personaje que como una conveniente máscara oculta a Superman.
Superman
posee un refugio secreto, una cueva de cristal localizada en el
helado y lejano norte, donde guarda algunos elementos de poder
rescatados de su antiguo mundo. Es allí donde el Superheroe descansa
y vuelve a su origen, reconectándose consigo mismo en los momentos
previos a enfrentar sus mayores y más inciertos desafíos.
Y
no podemos dejar de nombrar a su gran adversario, porque no hay Héroe
ni Superheroe que valga si no hay un adversario a su altura que se
enfrente contra él intentando destruirle. Su nombre es Lex Luthor.
Luthor
es un científico y empresario de gran inteligencia, sin escrúpulos
ni valores éticos, pero dotado de unos inmensos -casi ilimitados-
recursos financieros, filántropo, y en algunas versiones de la
historia llega a convertirse en presidente de los Estados Unidos.
Y
ante todo, como adversario consagrado del Hombre de Acero, es un
auténtico maestro en hacerle caer en continuas y peligrosas trampas.
A
lo largo del desarrollo de la historia de Superman, que comienza en
el cómic, sigue en el cine, con una larga saga de películas que
aún prosigue contando sus aventuras, acompañada por varias series
de TV -entre las cuales “Smallville” es la más exitosa-
el Superheroe va recorriendo los pasos del Arquetipo, y de este modo
va también cumpliendo su destino.
Una
vez que Superman ha rescatado de la inconsciencia su propio linaje
extraterrestre y superpoderoso, llega el momento de llevar a cabo su
misión, haciendo frente al Mal que quiere imperar en su mundo -cuyo
arquetipo más visible es el magnate Lex Luthor- y afrontar su propia
Iniciación; una bajada al Inframundo, es decir, enfrentarse a
aquello que más teme, y cuyo origen se encuentra siempre dentro de
uno mismo... ¡Superman, como todo Héroe, muere a lo que ha sido
para renacer a lo que verdaderamente es, en todo su poder y
esplendor!
Tras
una muerte a manos de Doomsday, una pérdida de sus superpoderes a lo
largo de un año verdaderamente iniciático y purificador, y una
guerra contra los últimos supervivientes de Kripton, en la cual él
está involucrado, Superman vive su Apoteosis, es decir, renace del
infierno de sus propias contradicciones, más maduro, al fin en paz
consigo mismo y con el mundo, como un auténtico Individuo. ¡Se ha
convertido en el Héroe de su propia vida, no solamente para el
mundo, sino también para sí mismo!
Y
desde ahí, siempre superpoderoso, como un centinela siempre en
guardia, atento protector y celoso de nuestro bienestar, Superman
permanece en el universo paralelo a nuestro mundo del hoy, en este
peligroso y desafiante siglo XXI, ¡ahora y para siempre!
En
un próximo artículo conoceremos a Batman, “El Hombre
Murciélago”, el gran aliado de Superman en la lucha contra las
fuerzas del Mal, y también el Superheroe que mejor representa al
Arquetipo del Héroe Oscuro o Trágico.
Un
Superheroe humano y sin superpoderes, mucho más cercano a nosotros
de lo que puedes imaginar.
Si
deseas leer de nuevo la 1ª parte de este trabajo, aquí tienes el
link:
Manuel
Marques Robles
Coach
para el Camino del Héroe
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