viernes, 15 de abril de 2016

Los 12 Trabajos de Heracles: Matar el León de Nemea


Liberándonos del Ego fiero y dominante


Este el Trabajo nº 1, según el orden más utilizado en la descripción de sus trabajos. El mito nos relata como en la región de Nemea un gran león, fiero y poderoso, aterroriza a la gente, y devora sin dudarlo a quien caiga en sus garras.




En consecuencia el territorio por él dominado ha quedado desolado, pues muchos lo han abandonado, y quienes aún permanecen las ciudades y poblados, pasan casi todo su tiempo, día y noche, vigilantes tras los parapetos construidos y las puertas cerradas. Nadie atiende ya a sus trabajos, los animales vagan ociosos y sin amo, y las cosechas ya no se recogen, y toda actividad se ha paralizado...
Heracles, aleccionado por su mentor Euristeo, y debidamente advertido por éste del riesgo y peligro inherente a este primer Trabajo, se pone en camino, armado únicamente con un arco y flecha y una enorme maza de madera tallada por él mismo.




En lo más profundo del bosque se encuentran el héroe y la fiera, y ambos se desafían sin mostrar ningún temor. Sin embargo, las flechas lanzadas por Heracles tocan la piel del poderoso león sin hacerle ningún daño...
Sin renunciar por ello ha cumplir el trabajo encomendado, el héroe se lanza con un poderoso grito, digno del hijo de Zeus, hacia donde está el peligroso y hasta entonces invencible León de Nemea.
Ante el valor y la audacia del héroe, la fiera pone tierra de por medio, ocultándose en su guarida, perseguido de cerca por Heracles, quien blandiendo su gran maza le ha obligado a huir hasta lo más profundo de la cueva.
Sin embargo, la cueva tiene dos entradas y dos salidas, y el león utiliza la otra para salir de nuevo al bosque y atacar a Heracles por detrás.
Dándose cuenta de la estrategia de la fiera de Nemea, Heracles se defiende del ataque del león y una vez más le obliga a retirarse al interior de su guarida; y esta vez, demostrando que los héroes lo son no solo por su valor y fortaleza, sino también por su inteligencia, hace un acopio de troncos, ramas y piedras, y tapa una de las salidas, y acto seguido entra por la que queda libre, decidido a matar de una vez al fiero y astuto León de Nemea.
En el corazón de la cueva, en su más oscuro y recóndito rincón, se libra la feroz batalla -a vida o muerte- entre el incansable héroe y el furioso león; aquí el relato continua con dos versiones: Una señala que Heracles tomo con sus manos la quijada -la mandíbula- del león, y con su fuerza la desgarró.




La otra versión nos dice que fue también con sus poderosas manos con las cuales estranguló a la fiera. En ambos casos Heracles sale victorioso, y la comarca de Nemea puede al fin volver a la vida y florecer de nuevo.




Acto seguido, despoja al derrotado león de su piel, y se la coloca sobre su cabeza y torso, como símbolo de su merecida victoria, y también como protección, pues no había flecha, lanza o espada en el mundo capaz de atravesar esa piel.




Siglos después los aquilifer o portadores del águila de cada Legión romana, llevarían este mismo tocado en honor a Hércules -el nombre romano de Heracles, y las cualidades que él representaba.
En su interpretación psicológica, el León de Nemea representa a nuestro Ego, es decir, al personaje que hemos aprendido a representar; el Ego nace como parte de nosotros, para proteger a nuestro ser esencial y para servirnos como vehículo de comunicación con el universo. 




Sin embargo, y como consecuencia del condicionamiento familiar y social, pronto deviene de leal servidor a feroz y astuto carcelero del Espíritu que se intenta expresar a través de él.
Fíjate que astucia y ferocidad son las cualidades que el mito señala en el León de Nemea; y la comarca representa precisamente al universo de nuestra vida consciente, de nuestro día a día, o lo que es lo mismo, a la zona de seguridad y aparente control donde nos movemos habitualmente, y donde el Ego quiere mantenernos presos y asustados, enfocados únicamente a sobrevivir.
Cuando Heracles, simbolizando a la voluntad, amor e inteligencia de nuestro Ser Espiritual, mata a la fiera, significa que el Ego es puesto de nuevo bajo la guía del espíritu -es una muerte simbólica, la de los impulsos destructivos del propio Ego- y es entonces cuando el territorio de Nemea, o sea, nuestra vida cotidiana, puede de nuevo seguir su curso, tranquilo y provechoso y volver a dar frutos.

Este mito, como todos los que componen el gran tesoro de la Mitología Universal, nos muestra claramente el profundo y detallado conocimiento que los sabios de la Antigüedad, quienes crearon el mito como vehículo de estas enseñanzas, tenían de la psique del ser humano.

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Manuel Marques Robles

Mentor y Coach para el Camino del Héroe

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