Ahora llegamos al momento por tanto
tiempo esperado, el encuentro con nosotros mismos, con quién
realmente somos. Entraremos en la Cueva Profunda (Paso
también conocido como el Cruce del Segundo Umbral) y allí
nos enfrentaremos a nuestra propia Sombra, a aquella parte de
nosotros, oscura y luminosa a la vez, a la cual hemos rechazado
durante toda nuestra vida.
Abrazaremos a nuestra Sombra, porque
nosotros y ella somos Uno, y de su mano recogeremos el Tesoro de
nuestro inimitable Don, aquello que nos hace únicos, y para cual
hemos venido a este mundo. Es en este momento trascendental cuando
muere nuestro personaje, el yo -en minúsculas- que hemos
defendido toda nuestra vida porque creíamos que él éramos
nosotros.
En palabras de Joseph Campbell:
“Bajando al Abismo es como recuperamos los tesoros de la vida;cuando tropiezas, ahí está tu Tesoro.La misma cueva en la que temes entrar,resulta ser la fuente de lo que estás buscando.La cosa maldita en la cueva, que tanto temías, se ha vuelto el Centro.”
Como Luke Skywalker en la cueva del
pantano de Dagobah...
Y ahora llega... ¡La Recompensa!
Comenzamos a gozar de los frutos de nuestro trabajo interior, y al
fin podemos ver la luz que ilumina nuestra salida de la cueva...
¡Es hora de regresar! Comenzamos la
última etapa del Camino, El Retorno. Abandonamos el
Mundo Extraordinario, pues hemos encontrado el Tesoro que
vinimos a buscar; en nuestras manos, o mejor dicho, en nuestro
corazón está ahora, y ha llegado el momento de compartirlo con el
mundo.
Este Tesoro es el resultado de
nuestra transformación interior: El carbón, basto y oscuro, se ha
convertido en un brillante y luminoso diamante...
El siguiente Paso es el más
importante del Camino, pues simboliza -y hace real- el compromiso del
Héroe con su misión, representa también el Cruce del Tercer
Umbral. Es nuestra Prueba Final y nuestra Resurrección
como Héroes. Hemos
conquistado nuestro Don después de superar innumerables pruebas, y
ahora es el momento de ser consecuente con lo que hemos conseguido:
El Don no es solamente para
nosotros, sino también para el mundo, ha de ser compartido para que
sea útil y sirva a su propósito. Es ahora cuando resucitamos como
Héroes conscientes y comprometidos; y nuestro verdadero Yo
-con mayúsculas- se manifiesta al fin en el mundo.
Precisamente el Héroe es aquel que
sirve a un motivo mayor que sí mismo. Cuando el Héroe rechaza este
compromiso para guardar para únicamente para sí o para unos pocos
allegados el Don tan duramente conquistado, el Poder que lleva
intrínseco se vuelve contra él, tal y como muestra magistralmente
la saga de La Guerra de las Galaxias con el dúo Anakin
Skywalker y Lord Darth Vader, dos personajes que son uno,
compartiendo un destino fatal, que ellos mismos han elegido...
¡El Mundo espera tu Don! El Camino
finaliza aquí, por el momento... Es hora de Regresar al Mundo
Ordinario, pero tú ya no eres la misma persona que comenzó
el Viaje que ahora termina, pues algo en ti ha muerto para siempre,
quedó atrás, en el Cruce de los Umbrales, en la Cueva
Profunda...
¿Qué importa? Quizás creías
saber quién eras, quizás no, pero ahora ya lo sabes, o al menos
comienzas a saberlo; estás en el proceso de convertirte en quien
realmente eres, es decir, en tu auténtico ser, o dicho de otra
manera, ¡En tu mejor versión!
Como Neo, antes Thomas A.
Anderson, un hacker más... Y ahora El Elegido:
Contempla ahora, ¡oh vencedor o
vencedora de ti mism@!, el prodigioso y apasionante Camino que has
recorrido:
Un nuevo Camino te espera, Héroe o
Heroína de tu propia vida, pues la Vida es Aprendizaje, y el
Aprendizaje es Experiencia... ¡La Historia continúa!
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Hola Manuel:
ResponderEliminarQuiero agradecerte estos escritos sobre EL CAMINO DEL HEROE. Uniste de una manera magistral el concepto cinematografico con lo estoterico. Recorde a ANTONIO BLAY cuando hablaste del fin del personaje. Tambien manejas muy bien LA SOMBRA de Jung.
Te doy un gran abrazo de gratitud por iluminar mi camino
AL
Muchas gracias por compartir tus ideas tan bien condensadas. Tu capacidad de abstracción y de vincular distintos conceptos se destaca en una prosa cálida y familiar.
ResponderEliminarPaz