Conquistando
la propia libertad para servir a los demás
Este
es el Quinto Trabajo de Heracles, según el orden que he tomado como
referencia, y es también uno de los más interesantes y que mayor
repercusión tienen.
Euristeo
le encarga en esta ocasión un trabajo muy especial; al contrario que
los precedentes no conlleva enfrentarse y capturar o dar muerte a
ninguna bestia descomunal o extremadamente esquiva, aunque eso sí,
va a requerir de todo su ingenio para su cumplimiento.
Tampoco
será recompensado personalmente por sus esfuerzos, al contrario, le
serán negados sus méritos y aun su vida será amenazada...
Se
trata de limpiar los establos del ganado real de Áugias, Rey de
Elide. Sucedía que este soberano, huraño y desconfiado, además de
mezquino, avaro y sumamente negligente, desde mucho tiempo atrás,
había descuidado gravemente la retirada del estiercol de su ganado;
dado que éste pacía a lo largo y ancho de todo el reino, todo él
-y no solamente los establos- se hallaba recubierto de una espesa y
pestilente capa de excrementos, los cuales impedían a la tierra dar
nuevas cosechas, matando tanto de hambre como de pestilencia, pues el
aire estaba envenenado, a las desgraciadas gentes de aquel triste e
infortunado reino.
El
mismo Heracles, al cruzar la frontera y entrar en el reino, ha de
cubrirse la nariz -como en el pantano de Lerna- para no respirar el
aire envenenado por la inmundicia que contamina el lugar.
Poco
después ve desfilar ante sí una caravana de carretas llevando
cadáveres víctimas de esa misma pestilencia siempre presente en el
aire de ese reino.
Llegado
al fin ante el rey Áugias, se ofrece voluntariamente para limpiar
los establos y liberar el reino de la apestosa calamidad que lo
asola; el rey, haciendo honor a su fama de hombre escéptico y mal
pensando, le responde que duda mucho que si ni siquiera él, domador
del Jabalí de Erimanto y matador de la Hidra de Lerna y del León de
Nemea, hijo de Zeus, Padre de los dioses, sea capaz de hacer este
tarea en el día de plazo que le da para ello; sin embargo, si
supera el reto con éxito, le promete la décima parte de su ganado,
para que haga con él lo que le plazca.
Heracles
da su conformidad al acuerdo y se pone en marcha hacia los establos
para cumplir su tarea. Al ver las montañas de estiércol que se
habían acumulado por el descuido de los años, toma conciencia de su
monumental desafío, que jamás podrá ser superado en el plazo de un
día que le ha dado el astuto Áugias empleando la fuerza bruta y
otros medios que hasta entonces había empleado con éxito. En esta
ocasión habría de ser extraordinariamente inteligente para cumplir
con su trabajo.
Reflexionando
en el campo situado entre dos ríos cercanos, el Alfeo y el Peneo,
dio con la única solución factible, que consistía en desviar el
curso de ambos ríos para la fuerza de éstos arrastrara hasta el mar
la inmensa montaña de desperdicios que llenaba los establos hasta el
mismo techo. Previamente Heracles abriría las puertas de los
establos de par, tanto las de atrás como las principales, para que
el agua pasara limpiándolo todo.
Poniéndose
rápidamente a trabajar, tras un día de duros esfuerzos había
conseguido al fin desviar el cauce que ambos ríos habían seguido
durante siglos, unificándolos en un nuevo y único cauce, tan
poderoso que no había muralla ni obstáculo alguno en todo el mundo
conocido que pudiera resistir su empuje.
Llevada
a cabo con éxito la limpieza, el héroe se dirigió al palacio del
rey Áugias a anunciar su éxito y cobrar la correspondiente
recompensa, de acuerdo a los términos del pacto con el gobernante.
Pero
éste, usando como pretexto que había hecho trampa, pues habían
sido los ríos con su fuerza y no Heracles con la suya, quienes
habían obrado el milagroso resultado, le negó la recompensa,
acusándole de aprovechado y amenazándole con la muerte si no
abandonaba inmediatamente su reino, y aun si osaba en el futuro
regresar a él. Y así concluye este Trabajo, tan único y
trascendente como ingratamente recompensado.
La
clave psicológica del mito es muy interesante, y en este caso en
particular tiene además implicaciones que van más allá de lo
individual, pues por primera vez en sus trabajos, Heracles, y con él
cualquier Heráclida como nosotros, realiza una misión
para la gran colectividad, con repercusión tanto en el presente
como en el futuro; esta es la 1ª Clave.
El
héroe se ha trascendido a sí mismo, a su egoísmo y a sus
intereses y motivaciones particulares, para trabajar para los
demás sin recibir ninguna recompensa, y siendo además amenazado
de muerte por ello.
Este
es el destino de prácticamente de todos aquellos que dedican lo
mejor de sí mismos a trabajar para la humanidad; son ignorados sus
méritos y virtudes, negadas sus recompensas inmediatas, y
despreciados y/o amenazados con calumnias, o con la muerte.
El
Buda, Jesucristo, Sócrates, Mahatma Gandhi..., etc, y aún
cualquiera de nosotros en nuestra propia escala proporcional.
Al
unificar el flujo de los dos ríos, el mito nos muestra la inevitable
necesidad de armonizar nuestras dos energías fundamentales:
La Masculina, de la planificación y la acción; y la
Femenina, de la intuición y el sentimiento. Ambas en una
conforman un impulso seguro e invencible. He aquí la 2ª Clave.
La
última es la más interesante y trascendente de las claves... El
estiércol acumulado simboliza a nuestra pesada carga -porque todos
la llevamos, tanto a nivel individual como colectivo- de Karma;
entendemos Karma como el conjunto de dolor y retos sin resolver,
de aprendizajes pendientes de hacer efectivos en nuestra vida.
Áugias,
gobernante negligente donde los haya, había permitido con su
irresponsabilidad la acumulación de tal cantidad de Karma, que su
reino estaba muriendo a causa de ello.
Así,
morimos a nuestras ilusiones, sueños, desafíos y aun a las ganas de
creer en algo que merezca la pena y de vivir de acuerdo a ello; en la
actualidad, como en pasadas épocas de crisis y decadencia, podemos
ver las consecuencias de la acumulación de basura psicológica
en nuestra sociedad, pues los Establos de Áugias simbolizan
precisamente el reino de cada uno de nosotros y el conjunto de todos,
que es la sociedad que conformamos.
Es
necesario, llegados a este punto crucial, una acción inteligente
y radical, si realmente deseamos limpiar nuestra vida de la
sumamente pesada y negativa influencia de tanta porquería acumulada.
¡Y ésta es la 3ª de las Claves del este Trabajo de
Heracles!
Muy
bien, hemos concluido con el estudio y reflexión del Quinto Trabajo
de Heracles. Aun quedan por delante cinco más, y los vamos a ir
conociendo uno por uno hasta finalizar el ciclo.
De
momento, te invito a repasar, o a leer desde el principio si no los
conoces, los Cuatro Trabajos anteriores:
→
(Añadir
el link al Trabajo de la Captura del Jabalí de Erimanto)
Manuel
Marques Robles
Mentor
y Coach para el Camino del Héroe
No hay comentarios:
Publicar un comentario