Yendo
más allá de todos nuestro miedos y limitaciones
Te
doy la bienvenida, estimado lector, al Decimosegundo y último
Trabajo de Heracles; esta es la hazaña que culmina todas las
anteriores, dando a Heracles el mérito y el derecho a convertirse en
un dios, pues ha superado las últimas ataduras y limitaciones de su
parte humana, despertando definitivamente al dios interior que vive
en él, como en todos nosotros, trascendiéndose a sí mismo. Este es
un paso que no tiene vuelta atrás, sus consecuencias son para
siempre.
Euristeo
encarga a Heracles su última misión: Capturar al Can Cerbero, el
perro que custodia la puerta del Hades, el profundo y terrible
Inframundo, destino de las almas de los muertos.
Este
Inframundo, tal y como lo concebían griegos y romanos, es un
conjunto de cuevas laberínticas, un lugar húmedo y oscuro, un
territorio pavoroso y sin límites al cual se llega cruzando el río
Estigio, a bordo de la barca de Caronte.
Sería
el equivalente al Infierno cristiano, pero más cercano en sus
características al Purgatorio.
El
Can Cerbero impedía la entrada en el Hades a los vivos, e igualmente
impedía escapar de él a los muertos; era hijo de Equidna y Tifón,
y hermano de Ortro, el perro pastor del Gigante Gerión, a quienes
Heracles mató en su Décimo Trabajo.
Tenía
tres cabezas; la primera de ellas es la del Amor a las
Sensaciones, la segunda, que es también la central y más
importante, es la de los Deseos, y la tercera y última de las
Buenas Intenciones No Realizadas.
Estas
tres fuerzas son quienes nos llevan a vivir continuamente el
infierno en nuestras vidas, manteniéndonos prisioneros de un
estado psicológico que nos cierra las puertas a superar nuestra
mediocridad.
Estaba
dotado además de una cola que picaba como un escorpión, y de crines
en el lomo en forma de cabezas de serpiente, todas ellas venenosas,
al igual que el pico de su cola.
Antes
de dirigirse a la Puerta del Hades, situada en el más profundo de
los abismos, bajo leguas de tierra, Heracles fue iniciado en los
Misterios de Eleusis, donde aprendió cómo entrar y cómo salir del
Inframundo.
Yendo
de camino hacia el Hades liberó a Teso y Ascáfalo, atacados y
acorralados unas fieras, y acto seguido se encaminó al Inframundo
para llevar a cabo su Trabajo.
Entonces
aparecieron Hermes, mensajero de los dioses del Olimpo, y Atenea,
hija de Zeus y diosa protectora de Atenas, quienes le ayudaron a
llegar hasta las profundidades del Tártaro -donde Heracles ya había
estado con anterioridad para liberar a Prometeo- y encontrar la
Puerta del Hades.
Aquel
lugar era sobrecogedor, y atemorizaba las almas de los más
valientes, incluso la de los héroes como el mismísimo Heracles, y
ciertamente el héroe entre los héroes no hubiera tenido el valor de
seguir adelante si no hubiera sido por los ánimos de Hermes y
Atenea.
En
camino hacia su destino cruzó el río Estigio a bordo de la barca de
Caronte, quien no se atrevió a cobrarle la moneda que exigía como
pago a todos aquellos que querían cruzar a la otra orilla.
Encontró
a la Medusa Gorgona y al desafortunado héroe Meleagro, a quienes
respetó a cambio de seguir su camino sin incidentes.
Al
llegar a la Puerta del Hades el dios del mismo nombre, señor del
lugar, se presentó ante él, y Heracles le explicó la misión que
tenía encomendada, pidiéndole permiso para llevarse consigo al Can
Cerbero. Hades se lo concedió, a condición que Heracles le dominara
únicamente con sus propias fuerzas, sin hacer uso de sus armas.
Heracles
le prometió cumplir con estas condiciones, y se enfrento
resueltamente al Can Cerbero, a quien agarró con una presa por el
cuello de su cabeza central, una presa terrible de la cual el feroz
perro no pudo librarse.
Al
fin cedió en su esfuerzo el Can Cerbero, al constatar que no podía
liberarse de los fuertes brazos de Heracles, dejándose conducir
dócilmente por el héroe de vuelta al mundo de los vivos.
Cuando
llegó ante Euristeo, acompañado del terrible Can Cerbero, su mentor
huyó aterrorizado a esconderse en una tinaja, ante lo cual Heracles
decidió regresar al Inframundo y devolver a Hades a su perro
guardián.
Veamos
las claves psicológicas del Trabajo: El propósito es enfrentarse
a los miedos más profundos y poderosos, los cuales aun no han
sido confrontados; para ello ha de entrar en el Hades, el Inframundo,
que es el símbolo de la parte más terrible y oscura de nuestro
Inconsciente, tanto individual como colectivamente.
Para
superar este gran desafío pide ser iniciado en Eleusis, templo de
gran sabiduría, y recibe también la ayuda de Hermes y Atenea, o
sea, es ayudado por sus aliados y potencialidades interiores.
De
camino a cumplir su misión, se encuentra con dos personas a las
cuales decide ayudar a liberarse del asedio de las fieras; esto
simboliza la voluntad de ayudar siempre que es posible a todo
aquel que le necesite, pues es consciente que todos somos uno, y
que no podemos permanecer ajenos al sufrimiento de los demás sin
intervenir cuando está en nuestra mano hacerlo.
El
Can Cerbero es el símbolo perfecto de todos nuestros miedos y
aprensiones, y la lucha con él es dura y difícil, aunque breve,
dada la maestría que el héroe ha adquirido a lo largo de sus
Trabajos anteriores.
La
entrada en el Hades simboliza la bajada a nuestros propios
infiernos, o territorios de lo inconsciente en nosotros,
donde se encuentran tanto los miedo y aprensiones más fuertes y
difíciles de eliminar, como la oportunidad de conocernos en nuestra
totalidad, pues la Sombra representa lo que no conocemos -o no
queremos asumir- de nuestro ser, y el poder para dar un nuevo
rumbo a nuestra vida, hacia el éxito y la plenitud.
En
las sabias y acertadas palabras de Joseph Campbell, divulgador del
Arquetipo del Camino del Héroe:
"Bajando al abismo es como recuperamos los tesoros de la vida. Cuando tropiezas, ahí está tu tesoro.La misma cueva en la que temes entrar resulta ser la fuente de lo que estas buscando. La cosa maldita que tanto temías se ha vuelto el centro.”
Muy bien, hemos llegado
a la conclusión y estudio de la clave psicológica del último
Trabajo de Heracles. Ahora ya tienes las enseñanzas, es cuestión de
aplicarlas en tu vida, pues como bien sabían y enseñaron quienes
recopilaron este mito, basándose como se hace siempre, en
acontecimientos y protagonistas reales, todos somos Heráclidas, es
decir todos estamos llamados a ser como Heracles en nuestra vida,
héroes y protagonistas de ella, y nunca más víctimas de las
circunstancias ni de las limitaciones de los paradigmas sociales.
Citando de nuevo a
Campbell:
"Tu deber auténtico es irte de la comunidad, de la sociedad, para encontrar tu Bienaventuranza; rebelarse ante las cadenas con las que la sociedad te ata a las viejas formas; es seguir las huellas de tu propia Bienaventuranza, abandonar la casa, comenzar la Jornada del Héroe, seguir tu Bienaventuranza.”
Aquí
tienes los links a todos los artículos publicados con anterioridad
sobre los 12 Trabajos de Heracles:
En
los dos próximos artículos, antes del descanso de verano,
abordaremos la figura del Prometeo, el Primer Héroe, y su relación
con la Humanidad.
Manuel
Marques Robles
Mentor
y Coach para el Camino del Héroe
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