jueves, 30 de junio de 2016

Los 12 Trabajos de Heracles: Capturar al Can Cerbero, Guardián del Hades, y entregárselo a Euristeo


Yendo más allá de todos nuestro miedos y limitaciones


Te doy la bienvenida, estimado lector, al Decimosegundo y último Trabajo de Heracles; esta es la hazaña que culmina todas las anteriores, dando a Heracles el mérito y el derecho a convertirse en un dios, pues ha superado las últimas ataduras y limitaciones de su parte humana, despertando definitivamente al dios interior que vive en él, como en todos nosotros, trascendiéndose a sí mismo. Este es un paso que no tiene vuelta atrás, sus consecuencias son para siempre. 




Euristeo encarga a Heracles su última misión: Capturar al Can Cerbero, el perro que custodia la puerta del Hades, el profundo y terrible Inframundo, destino de las almas de los muertos.
Este Inframundo, tal y como lo concebían griegos y romanos, es un conjunto de cuevas laberínticas, un lugar húmedo y oscuro, un territorio pavoroso y sin límites al cual se llega cruzando el río Estigio, a bordo de la barca de Caronte.
Sería el equivalente al Infierno cristiano, pero más cercano en sus características al Purgatorio.




El Can Cerbero impedía la entrada en el Hades a los vivos, e igualmente impedía escapar de él a los muertos; era hijo de Equidna y Tifón, y hermano de Ortro, el perro pastor del Gigante Gerión, a quienes Heracles mató en su Décimo Trabajo.




Tenía tres cabezas; la primera de ellas es la del Amor a las Sensaciones, la segunda, que es también la central y más importante, es la de los Deseos, y la tercera y última de las Buenas Intenciones No Realizadas.
Estas tres fuerzas son quienes nos llevan a vivir continuamente el infierno en nuestras vidas, manteniéndonos prisioneros de un estado psicológico que nos cierra las puertas a superar nuestra mediocridad.
Estaba dotado además de una cola que picaba como un escorpión, y de crines en el lomo en forma de cabezas de serpiente, todas ellas venenosas, al igual que el pico de su cola.
Antes de dirigirse a la Puerta del Hades, situada en el más profundo de los abismos, bajo leguas de tierra, Heracles fue iniciado en los Misterios de Eleusis, donde aprendió cómo entrar y cómo salir del Inframundo.




Yendo de camino hacia el Hades liberó a Teso y Ascáfalo, atacados y acorralados unas fieras, y acto seguido se encaminó al Inframundo para llevar a cabo su Trabajo.
Entonces aparecieron Hermes, mensajero de los dioses del Olimpo, y Atenea, hija de Zeus y diosa protectora de Atenas, quienes le ayudaron a llegar hasta las profundidades del Tártaro -donde Heracles ya había estado con anterioridad para liberar a Prometeo- y encontrar la Puerta del Hades.
Aquel lugar era sobrecogedor, y atemorizaba las almas de los más valientes, incluso la de los héroes como el mismísimo Heracles, y ciertamente el héroe entre los héroes no hubiera tenido el valor de seguir adelante si no hubiera sido por los ánimos de Hermes y Atenea.




En camino hacia su destino cruzó el río Estigio a bordo de la barca de Caronte, quien no se atrevió a cobrarle la moneda que exigía como pago a todos aquellos que querían cruzar a la otra orilla.


 

Encontró a la Medusa Gorgona y al desafortunado héroe Meleagro, a quienes respetó a cambio de seguir su camino sin incidentes.
Al llegar a la Puerta del Hades el dios del mismo nombre, señor del lugar, se presentó ante él, y Heracles le explicó la misión que tenía encomendada, pidiéndole permiso para llevarse consigo al Can Cerbero. Hades se lo concedió, a condición que Heracles le dominara únicamente con sus propias fuerzas, sin hacer uso de sus armas.
Heracles le prometió cumplir con estas condiciones, y se enfrento resueltamente al Can Cerbero, a quien agarró con una presa por el cuello de su cabeza central, una presa terrible de la cual el feroz perro no pudo librarse. 




Al fin cedió en su esfuerzo el Can Cerbero, al constatar que no podía liberarse de los fuertes brazos de Heracles, dejándose conducir dócilmente por el héroe de vuelta al mundo de los vivos.
Cuando llegó ante Euristeo, acompañado del terrible Can Cerbero, su mentor huyó aterrorizado a esconderse en una tinaja, ante lo cual Heracles decidió regresar al Inframundo y devolver a Hades a su perro guardián.
Veamos las claves psicológicas del Trabajo: El propósito es enfrentarse a los miedos más profundos y poderosos, los cuales aun no han sido confrontados; para ello ha de entrar en el Hades, el Inframundo, que es el símbolo de la parte más terrible y oscura de nuestro Inconsciente, tanto individual como colectivamente.




Para superar este gran desafío pide ser iniciado en Eleusis, templo de gran sabiduría, y recibe también la ayuda de Hermes y Atenea, o sea, es ayudado por sus aliados y potencialidades interiores.
De camino a cumplir su misión, se encuentra con dos personas a las cuales decide ayudar a liberarse del asedio de las fieras; esto simboliza la voluntad de ayudar siempre que es posible a todo aquel que le necesite, pues es consciente que todos somos uno, y que no podemos permanecer ajenos al sufrimiento de los demás sin intervenir cuando está en nuestra mano hacerlo.
El Can Cerbero es el símbolo perfecto de todos nuestros miedos y aprensiones, y la lucha con él es dura y difícil, aunque breve, dada la maestría que el héroe ha adquirido a lo largo de sus Trabajos anteriores.




La entrada en el Hades simboliza la bajada a nuestros propios infiernos, o territorios de lo inconsciente en nosotros, donde se encuentran tanto los miedo y aprensiones más fuertes y difíciles de eliminar, como la oportunidad de conocernos en nuestra totalidad, pues la Sombra representa lo que no conocemos -o no queremos asumir- de nuestro ser, y el poder para dar un nuevo rumbo a nuestra vida, hacia el éxito y la plenitud.




En las sabias y acertadas palabras de Joseph Campbell, divulgador del Arquetipo del Camino del Héroe:

"Bajando al abismo es como recuperamos los tesoros de la vida. Cuando tropiezas, ahí está tu tesoro.
La misma cueva en la que temes entrar resulta ser la fuente de lo que estas buscando. La cosa maldita que tanto temías se ha vuelto el centro.”




Muy bien, hemos llegado a la conclusión y estudio de la clave psicológica del último Trabajo de Heracles. Ahora ya tienes las enseñanzas, es cuestión de aplicarlas en tu vida, pues como bien sabían y enseñaron quienes recopilaron este mito, basándose como se hace siempre, en acontecimientos y protagonistas reales, todos somos Heráclidas, es decir todos estamos llamados a ser como Heracles en nuestra vida, héroes y protagonistas de ella, y nunca más víctimas de las circunstancias ni de las limitaciones de los paradigmas sociales.
Citando de nuevo a Campbell:

"Tu deber auténtico es irte de la comunidad, de la sociedad, para encontrar tu Bienaventuranza; rebelarse ante las cadenas con las que la sociedad te ata a las viejas formas; es seguir las huellas de tu propia Bienaventuranza, abandonar la casa, comenzar la Jornada del Héroe, seguir tu Bienaventuranza.”




Aquí tienes los links a todos los artículos publicados con anterioridad sobre los 12 Trabajos de Heracles:





En los dos próximos artículos, antes del descanso de verano, abordaremos la figura del Prometeo, el Primer Héroe, y su relación con la Humanidad.


Manuel Marques Robles

Mentor y Coach para el Camino del Héroe


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